lunes, 24 de noviembre de 2008

VISIONES ACTUALES DE AMÉRICA LATINA

Con los amigos Paco Xammar, Santiago Castellà y Joan Fuster hemos conseguido durante este último curso académico diseñar un estudio especializado en la actualidad latinoamericana que se ha impartido y seguirá impartiéndose de nuevo el año que viene en la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona.

Bajo el título de “Visiones Actuales sobre América Latina” nos han acompañado los profesores Rodolfo Cardenal, de El Salvador; Carlos Alberto Ruíz, de Colombia; y Carlos Pacheco, de México. Hemos discutido con ellos sobre la historia reciente del continente, las alternativas políticas y los movimientos sociales que hoy día allá se están construyendo, la situación de sus derechos humanos y de su economía presionada por la oferta estadounidense del Plan Puebla Panamá y del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Hoy mismo hemos pactado ampliar los contenidos del mismo curso para continuar indagando y dar a conocer a nuestros alumnos la dependencia suramericana de su gran vecino del Norte, a la vez que pretendemos investigar los procesos de recuperación de la memoria histórica en Centroamérica tras los procesos revolucionarios y contrarrevolucionarios allá ocurridos.

Por lo que a mí respecta todo ello hace preguntarme por el estado actual genérico de ese continente amado de gentes hermanas y conocidas. La verdad es que hablamos de una parcela del planeta en la cual se vive, quizás mejor que en cualquier otro rincón, la perplejidad y la paradoja de la sociedad internacional actual.

América Latina es aún, en cierta forma, punta de lanza y laboratorio de cualquier fuerza en movimiento a favor de la construcción de nuevos escenarios. Recuerdo que entre las primeras banderas que se mostraban en Seattle, cuando la protesta contra la Ronda del Milenio de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la mayor parte de ellas eran latinoamericanas y se correspondían con Vía Campesina; el Movimiento de los Sin Tierra (MST), la CUT i el PT de Brasil; los indigenistas de la CONAIE en Ecuador pero también los cocaleros de Bolivia; el EZLN, por cierto con mucha fuerza entonces, de México, etc.

Hoy día, como en casi todo el resto del mundo, sólo existen dos opciones políticas válidas que se quejen del orden establecido, neoliberal, injusto e inmoral para gran parte de sus habitantes: o bien se elige ser radical y se cambian las normas del juego promoviendo el sabotaje desde dentro, o bien se elige ser moderado, socialdemócrata o progresista. Hablemos claro: Chávez (y Morales, y Correa), o Lula (y Bachelet, y Tabaré Vázquez).

Algunos creen que la Revolución en nuestros días sólo tiene espacio en sitios como América Latina, aunque hablando con amigos que viven y piensan como latinoamericanos esa doble opción se hace más grave entre la elección de los designios de unos populismos mesiánicos que pueden volverse muy peligrosos, o maneras light de pactar pequeños cambios que no llegan a la totalidad de los intereses marcados. Nada es tan fácil ni tan difícil, ni en España ni en Venezuela.

Así está entonces América Latina, y así está el mundo, desde su esquina más rica en donde también pueda existir la miseria más perversa, aunque se esconda muchas veces (y la inmoralidad del trato del fenómeno migratorio), hasta el África más abandonada, en dónde aparecen buitres blancos dispuestos a repartirse los últimos resquicios de algo que tenga valor.

Mis visiones actuales de América Latina me han ayudado a comprender que en un mundo globalizado el cambio debe generarse con sinergias y excusas universales. Nosotros desde la Academia intentamos explicarlo, a parte de informar.

(Enero de 2005)

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