lunes, 8 de diciembre de 2008

UN SOLO MUNDO

Y nunca realizaré la mención de siglos, que me resultan demasiado lejanos; ni diré personajes, que son minoría; ni alardearé de Estados, que son ficticios.

Generalmente leer El Pais de los domingos te ayuda a amueblar los pensamientos para lo que pueda venir durante la semana entrante gracias a sus “explicaciones” y no sólo a sus “informaciones”.

Este último fin de semana me he invitado a escribir sobre las elecciones escocesas y sobre la emigración económica en Estados Unidos.

Timothy Gaston Ash, con el que no siempre estoy de acuerdo, comenta que llamar “ellos” a los escoceses siempre ha sonado a falso, y yo añadiría casi “irreal”. Ingleses y escoceses, dice, “estamos tan entrelazados desde la unión hace tres cientos años, en la práctica desde hace mucho antes, que ellos han pasado a ser irremediablemente parte de nosotros”.

A raíz de estas declaraciones dominicales sigo pensando yo en catalanes, vascos y castellanos, gallegos y otros con más peculiaridades si hace falta, como si todo se tratara de la copia de una misma historia.

Ocurre ahora que Tony Blair se jubilará como Premier reconciliando el gobierno del Ulster mediante un pacto entre Ian Paisley y Gerry Adams, los cuales hasta hace muy poco se habían acusado de diablos y asesinos. También estos dos dejarán de laborar, pasarán a la historia, y podrán, por fin, dedicarse a descansar.

La comparaciones son odiosas pero intento pensar que sería de Arnaldo Otegi si no existiese un “problema vasco” y me resulta bastante difícil llegar a una conclusión… simplemente no me lo imagino por su propia incompetencia aparente más allá de la dedicación full time a su pequeña causa particular.

Luego quiero citar también en el día de hoy a John Steinbeck, el escritor estadounidense que desde muy joven me fascinó, con su retrato de la rica y próspera California, “hecha grande gracias a miles de agricultores que cruzaron miles de quilómetros en viejos automóviles, que vivían en la miseria, pasaban hambre y se quedaban sin hogar dispuestos a aceptar cualquier jornal”. Una lectura de hace más de dos cientos años totalmente vigente.

Esos centroeuropeos de entonces son los espaldas mojadas de hoy en día que cruzan el Río Bravo desde México. Como los españoles que se iban a Alemania quedan hoy igualados a los ecuatorianos, senegaleses, marroquís, chinos o paquistanís del S.XXI que llegan a nuestro país.

He seleccionado estos dos temas seguramente para reprocharnos que a veces no sabemos distinguir, y siempre han existido independientemente, por un lado deseos y por el otro reales necesidades.

Tres cientos o dos cientos años no tienen especial significación si siempre acabamos ejecutando el mismo error material de no aplicar los mismos parámetros para todos y en todos los rincones del planeta.

En Escocia, España, Cataluña y Estados Unidos, existen universalismos que siempre valdrán la pena para una inmensa mayoría.

Entre esos universalismos se encuentran las lecciones federalistas e internacionalistas con las que personalmente comulgo. Además éstas están intrínsecamente relacionadas con el progreso humano. De ello estoy convencido hoy más que nunca y es por ello que milito

(2005)

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