domingo, 23 de agosto de 2009

ECUADOR 6

El Trabajo: Jueves 23 de agosto

Después del desayuno y preparar las mochilas emprendemos el viaje a Chiriboga. Hay que llegar en un bus hasta el primer núcleo de aldeas, para tomar otro bus aún más pequeño y alcanzar nuestra meta final. Gallinas, verduras, ropas, comidas, personas y cerdos se mezclan entre los asientos y el techo del automovil al cual nos montamos. Después de haber conocido a Doña Rosita y Don Manuel, los padres de Carmen; a su hermana Virginia; y a otros miembros de la familia, el nombre de los cuales ya he olvidado, a la llegada a Chiriboga se nos presenta a Jeóber, Francisco, la chica embarazada que parece ser la mujer de uno de los dos, y la chica que se va a ocupar de preparar la comida y de la limpieza, sin duda alguna, con nuestra colaboración.

Llegamos pasado el mediodía hacinados de polvo y malestar debido al viaje, y se nos abre ante nuestros ojos un bosque enorme de „cabulla“, la cual deberemos suplantar por el famoso „sangre de drago“. Antiguamente con la cabulla se conseguían tejer unas cuerdas que hoy son irrelevantes, y el programa de reforestación de la Fundación ha optado por volver a plantar un árbol autóctono que había caído en decadencia. Se nos dice que las montañas están repletas de caballos silvestres, unos cien, muy difíciles de domar por la propia situación del terreno. En la casa del Proyecto en total se contabilizan tres caballos, éstos sí domesticados; tres vacas y un ternerito recién traído al mundo; gallinas y pollos por doquier; relevantes patos y ocas; peces en dos piscinas diseñadas para la ocasion; y, finalmente, el plato estrella que son los „cuyes“, una especie de conejo grandote, medio hámster, que no puedo describir, tiernos y entre bonitos y feos a la vez.

Por la noche hablamos de la organizacién en el campamento. Por un lado dormirán las chicas y por el otro los chicos, que quede claro de buen principio. No está permitido irse a dormir sin haberse tomado antes una ducha y haber bien comido. No se desechará nada. Los productos serán del campo y algunos más extraños serán traídos especialmente de la ciudad mediante el bus comunicante. Huevos no faltarán, como tampoco los quesos caseros; uno de nosotros tendrá que ordeñar las vacas diariamente con la ayuda de Omaira, que es el nombre de la primera chica-mujer; otro se quedará el día acompañando a Mónica (el nombre de la segunda, con recién nino descubierto, llamado Daniel) en la cocina; los demás nos dividiremos en dos grupos para repartirnos las tareas en la montaña y en el plano.

La finca en total cuenta con unas 50 hectáreas, muchas de las cuales situadas en plena colina, por lo que es difícil su acceso y poco rentable su utilización. Las partes colindantes a la casa deberán ser limpiadas de las hierbas que allí han crecido y vamos a intentar introducir nuevos cultivos en la zona, sobre todo tomates que parece que se dan muy bien, pero también lechugas, zanahorias, nabos, limones, melones, papayas, maracuyás, sandías, guisantes, etc. „Diós le pague, Carmen!“.

!Se me olvidada!, plantaremos siguiendo el calendario agrícola que nos marca el próximo día 28 del presente mes, y los días 4, 14 y 28 del siguiente, como fechas indicadas. Hemos cenado papas fritas, con abundante ensalada, pan, ají, y, de postre, galletas de la ciudad. Nos hemos acostado y nos hemos dormido en la oscuridad más inmensa, con el murmullo del agua del río vecino y la música de las miles de luciérnagas que nos acompañan.

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