sábado, 24 de octubre de 2009

REPÚBLICA DOMINICANA 21

10 de Agosto: cacatas, cilantro y racismo antropológico

Panecillos con jamón y queso en el desayuno. Silverio en nuestro guía en una marcha hacia lo desconocido: maneras campesinas, camisa desabrochada y deshilachada, pelo brusco y patillas enormes. "Si no eres romántico, tienes un serio problema. Recuérdame el credo que tú mismo me enseñaste: ¡si el amor existe porque nos hace tanta falta!". Viajo con la música que inunda mi ser. El bosque que visitamos es un bosque muy poco animado. Debajo de las piedras casi que no hay gusanos. No vemos insectos ni mosquitos, ni culebras, ni cacatas. No se escucha ningún pájaro. Por la noche hoy no hay estrellas. La lluvia llora, no es el cielo el que llora. Las cosas más importantes en la vida ni se compran ni se vencen. ¿Qué es el hombre entre tanta belleza para que alguien se acuerde de él?

La comida no ha estado nada mal: ensalada fría de remolacha y repollo con algo de maíz. Hacemos algo de deporte y juegos gimnásticos. La novedad de hoy será el juego de pistas, que para nuestros amigos dominicanos es un auténtico descubrimiento. Por la noche también lo pasamos muy bien con el baile, en este caso el chanchán.
Repaso algunas novedades de esta semana. Primera novedad: la madre de Juan se marchó el sábado a Nueva York y por eso se ha celebrado una gran fiesta con asopao. Segunda novedad: el domingo realizó su visita rutinaria Javier, el hijo de Martín, para pedirle dinero a Juan, que es su abuelo. Tercera novedad: entre los chicos y el propio Javier me enseñaron a jugar a pelota en el callejón, arrinconado en la pared y lanzando con fuerza hacia su opuesta. Cuarta novedad: algún pajarito me ha dicho que entre el grupo de "talleristas" tenemos a muchos antiguos seminaristas que se salieron, caso de Manuel, Juan, David, Félix, Tomás, Marcial y Enrique. Quinta novedad: no tiene que ser ninguna novedad que estas tardes doña Carla y Don Juan las hayan pasado esperándome o hablando de mí, balanceándose en las hamacas dispuestas en el callejón. Puedo oír el ruido de la madera al crujir desde aquí mismo.

Por la noche sigue creciendo el amor a la orilla del río. Durante estos días es evidente que hemos profundizado en nuestras relaciones interpersonales. Algunos personajes me han sorprendido, caso de Enrique. He observado como le cuesta atarse los zapatos, así como también le cuesta escribir, leer o entender según que cosas. Pero de ninguna manera es lo que podríamos calificar como retrasado o poco inteligente, simplemente es especial. He aprendido algo sobre plantas: el cilantro ancho es el que comunmente se utiliza para cocinar; el magayito morado es una hierba curativa; entre otras hierbas tradicionales también tenemos al "morivivir", la cara de caballo y el ficus. Me he dado cuenta de que la situación en el campo dominicano es malísima, sobre todo por lo que se refiere a los escasos servicios ofrecidos por el gobierno, ni transporte, ni hospitales, ni escuelas, en cientos de quilómetros a la redonda. Las luciérnagas, aquí llamadas cucuyos, nos encienden y nos apagan las ideas.

Reflexionemos un poco más sobre el racismo. En Dominicana una mujer clarita nunca hubiera querido que sus hijos fueras morenitos. Ese es el racismo del color. Pero a mí el que más me preocupa es el racismo económico. Y aquí es donde debemos hablar de los problemas para conseguir una visa, las dificultades que existen para obtener un permiso de trabajo en el extranjero, las diferencias que existen entre trabajadores legales e ilegales.

Pensemos en la influencia ideológica que las telenovelas latinoamericanas pueden desprender sobre millones y millones de habitantes del planeta. "Claudia", "Esmeralda"; "Cristal"; "Ana María", "Amor"; "Mariaelena"; "Entre tú y yo"... son comedias mexicanas, colombianas, venezolanas y brasileñas, impregnadas de estereotipos y conformismos.
Poco a poco empiezo a comprender porqué los niños dominicanos se pelean por ir a las atracciones de la Ferretería Americana; o porqué se dibuja Jarabacoa, cerca de la ciudad histórica de La Vega, como a los "Alpes" o la "Suiza" dominicana. En la selva me doy cuenta del poder atrayente de la televisión.

jueves, 22 de octubre de 2009

REPÚBLICA DOMINICANA 20

9 de Agosto: playa y también campo

Durante muchos años, cuando era pequeño, de altura y de pensamiento, de la República Dominicana sólo sabía que era el país de origen de los jugadores de baloncesto Juan Domingo de la Cruz y Chicho Sibilio. Hoy comprendo porque éstos se llamaban así y porque el uno era moreno sin ser africano, español nada convencional. Al ser aficionado a los cromos y al deporte también sabía que existían otros deportistas españoles emparentados con Marruecos, como podían ser Gerardo o Nayim, pero no dejaban de extrañarme estas circunstancias. Hoy la República Dominicana también es el lugar de nacimiento de Julio Sabala, Óscar de la Renta (que vive en Nueva York), Juan Luis Guerra y otras tantas estrellas dentro del firmamento de "nuestros famosos". Los Reyes de España visitaron la isla no hace demasiado, después la visitaría el Presidente del Gobierno Español. Julio Iglesias se construyó no muy lejos de por aquí una mansión impresionante. Jennyfer, mi amiga canadiense de Heidelberg, pasó un verano en Puerto Plata. En los concursos de la televisión catalana regalaban viajes a Playa Bávaro. Un hotelero de Salou se instaló hace poco también en este país...

Por fin iniciamos nuestra aventura en la selva dominicana. La organización del evento no ha sido nada fácil. Viajamos a las siete de la mañana. Decidimos el horario de nuestras comidas: diariamente a las ocho de la mañana tomaremos agua y café; de nuevo a las diez y media tomaremos otro refrigerio; y a la una comeremos; cenaremos a las seis. Transportamos muchos galones de agua desde la ciudad (un galón equivale aproximadamente a cinco litros). Además llevamos con nosotros otros materiales para organizar dinámicas, escribir y pintar. Nuestra idea del campamento es que aprendamos a detallar una actividad y ser rigurosos en su cumplimiento. Cada jornada tendrá una tarea que realizar y deberá ejecutarse a rajatabla. Habrá un Horario; un Mantenimiento del espacio habitado y del espacio en donde realicemos actividades de reunión; la Limpieza será rotatorio por grupos; tendremos un Encargado de Material; escogeremos entre nosotros a diferentes Animadores de Grupo... Prioridades; Estrategias; y, Afinidades. Ir de lo general a lo específico resulta nuestra idea-eje. Lo más importante es aprender a convivir más intensamente.

El ruido de la tecnología generalmente molesta, en cambio la música de la naturaleza suele agradar. Todos en grupo intentamos desarrollar nuestros sentidos. Con la vista observamos como caen y suenan las hojas, cosa que es a su vez muy bonita. Mariposas de todos los colores nos acarician los cuerpos. Con el olfato inhalamos el aire puro y nos damos cuenta de cómo huele el flamboyano, la grama, el mime, el bono, el palo seco, la juana la blanca, el pajón, la hierba verde, la hierba dulce, el aguacate, el mango, la mata de coco y los pinos. Con el tacto sabemos que la tierra está mojada y nuestro entorno en general humedecido. El "amoryvive" lo tocas y se esconde. Otras hojas se te enganchan en la ropa o en la piel. Con el oído escuchamos las grandes palmeras que se tambalean. Con el gusto nos regalamos naranjas, guayabas y guanábanas, directamente escogidas del bosque. Estamos en Pinópolis. En la naturaleza es muy fácil ver al Dios de la Vida..

En cierta manera soy consciente de que estoy viviendo una especie de retorno al pasado y más concretamente a mi infancia de Miravet, últimamente tan perdida. La brisa del aire no suena, pero es ella la que hace sonar a las hojas de los árboles. Cuando llueve la brisa sí parece sonar. Una de las grandes diferencias entre la República Dominicana y Europa es que en la primera hay muchos menos edificios y muchas más casas; seguramente debido a los ciclones e inclemencias climáticas. Luego, en el campo dominicano nos encontramos con un campesino un poco diferente al europeo. El campesino se encuentra ante todo delante, todo sin hacer, todo contra él; además trabaja a mano. Las manipulaciones del entorno natural producidas por el hombre ayudado de la máquina son mucho más grandes en el mundo europeo, capitalista desarrollado. Eso ocurre hasta que el mundo capitalista desarrollado se traslada hasta una pequeña isla casi virgen, supongamos.

Comemos y cenamos galletas y avena con leche, una especie de supervivencia. Organizamos una ginkama para nuestros "talleristas".Cenamos otra vez poco, y a continuación más juegos de noche. Hasta llegar la noche en la que se programa una excursión al río. No hay estrellas pero sí brilla una luna que no deja ocultar que existen de nuevo juegos de manos entre hombres y mujeres. Juegos inocentes que, de momento, no van a terminar en juegos más serios. Generalmente en una situación como ésta los excursionistas se pierden. Nos perdimos, y es cuando decidimos montar una fogata para explicar historias. Nos cansamos y entonces encontramos sin problemas el camino a las barracas que nos alojan. Uno nunca se pierde del todo, si quiere y es consciente de lo que le envuelve.

domingo, 18 de octubre de 2009

REPÚBLICA DOMINICANA 19

8 de Agosto: Collares de coral y mariposas amarillas en Juan Dolio

Para desayunar panecillos con café y leche. Antes de que viniera Blanca a buscarme para ir de compras, he estado sentado en la calle disfrutando del ambiente de cada mañana que alegran las amas de casa lavando y comprando por aquí y por allá. Pasamos primero por el Politécnico. Una loca, en medio de la calle, nos ha tirado una piedra gorda. Tomamos después la ruta alternativa Benito-Parque para llegar al Parque Enriquillo.

En Enriquillo tomamos un bus al mar. Como más al este, al oeste o al norte vas, más bonito es el paisaje en Dominicana. Lo mejor de la isla son las playas, pero el verde de la selva y de las palmeras, en cualquier rincón del país, no tiene tampoco desperdicio. También hay grandes árboles con hojas rojas en Santo Domingo, pero siempre vale más la pena huir de la capital.

La playa de Juan Dolio no cuenta con arena tan fina como la de Boca Chica pero también es una buena playa en la que se puede pasar una buena tarde esperando la puesta del sol. Hay en ella muchos pequeños negocios, casitas, colores, azules, anuncios… Todos nos ponemos trenzas. Suena Toni Sanz y Johnny Ventura. Muy cerca está la Playa de la Morena a la que llegamos a pie por la orilla del mar. Allí una niña nos enseña las diferentes especies de peces que podemos encontrar en estas aguas. Destacan sin duda las panteritas, unos pececitos de rallas amarillas y negras.
Descanso para comer un menú copioso: carne de res con salsa picante y asopao, plátano verde sancochado, spaghetti y papilla de avena. Antes de partir de vuelta jugamos una partida al dominó a dos cientos puntos con los niños que nos han venido siguiendo durante toda la mañana. Se nos presentan los limpiabotas: Joan, Willy, Quinito y Pedro “el Robadillo”. Me han gritado muchas veces "¡Alemán, ven pa'ca!"; me ha hecho gracia e ilusión. ¡Qué más! Camino a Santo Domingo no puedo dejar de memorizar las altísimas palmeras que rodean la carretera hasta llegar al mar, los colores cambiantes del mismo mar y del gran cielo… Tampoco puedo olvidar la amistad y el cariño ofrecido por los vendedores de collares de coral y la intensidad de las mariposas amarillas sobre las rocas que yacen sobre la arena.

Por la tarde, una vez más disfruto de una de mis actividades favoritas que es pasear por encima del Puente Duarte, una experiencia gravada por mi cámara. Desde allí se divisa y fotografío el barrio y las chavolas de la gente que me han acogido como a un hijo en este país de belleza y sentimiento.