martes, 3 de abril de 2012

NICARAGUA 1997 / Capítulo 32

CAPÍTULO 32: SOLENTINAME, EL ARCHIPIÉLADO DE ERNESTO CARDENAL

Estos días hemos podido visitar una de las mejores playas de la zona que es la de Pochomil, hemos estado observando y jugando con tortugas gigantes en La Boquita, nos hemos acercado en barquitos a Las Isletas, y, finalmente, hemos pisado el archipiélago de Solentiname. De Solentiname ya había oído hablar antes del viaje porque aquí se instala el poeta y ministro de la fe, miembro de la dirección nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y alto cargo en su gobierno. De él es conocida la foto en el aeropuerto de Managua cuando debe aguantar la reprimenda del Papa polaco Wojtila que no accede a que le bese la mano bajo la acusación de “cura rojo”. Al cabo de unos años tendré la ocasión de leer la obra entera de Ernesto, tendré la oportunidad de entrevistarme con él, apoyar proyectos en su rincón nicaragüense mediante la organización tarraconense Mediterránea, y comprender su ruptura con el polémico líder Daniel Ortega. Avatares de la vida.

Durante el viaje de vuelta tengo tiempo de escuchar las radios más populares, la Musical, Radio Tigre y Radio Rumbo, con los canales televisivos también más frecuentados, como son el Canal 8 (con sus dibujos animados o “muñequitos” de “Los Supercampeones” y “Los Caballeros del Zodiaco”) y el Canal 10 (con la emisión de las series de “El coche fantástico” y “Los Magníficos”). Una muestra más de la globalización y de la sociedad en red de que hablan Manuel Castells e Ignacio Ramonet. Hay a quien te lo encuentras en todas partes y sin poder evitarlo. La prensa escrita, durante estos días, más informativa que de costumbre, no deja de hablar de las disputas presentes entre “Gordomán”, o sea Arnoldo Alemán, y “Piñatín”, Daniel Ortega, al que se le acusa de aprovecharse de la Piñata y enriquecerse de forma fraudulenta. Yo generalmente leo, siempre que puedo, La Prensa (no muy favorable al sandinismo), Barricada (órgano del Frente), La Tribuna (por la información que me ofrece de América Latina), el Nuevo Diario (progresista sin ser tan de partido), La Voz del Pueblo y La Voz del Campesino (para conocer más al detalle la realidad del día a día de mis amigos nicas).

Durante el viaje de vuelta a Managua nos acompañan dos tipos alemanes que han soportado con nosotros el mal oleaje del lago. Uno de ellos, Martin, a parte de ser muy simpático, trabaja para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un programa de tratamiento de aguas, tanto en el campo como en la ciudad, que cuenta con el financiamiento casi entero del Bundesbank de su país. Durante el camino de regreso también topamos con otro catalán, en este caso el Gerente de la Escuela Oficial de Odontólogos de Barcelona, invitado por el Gobierno de Nicaragua a realizar unos cursos en las universidades de León y Managua durante diez días. Nos explica que se ha entrevistado personalmente con el Ministro de Salud y con muchos de los principales centros hospitalarios del país bajo el objetivo de promover un Programa de Protección Social más amplio.

A la llegada se nos recibe con los “fresquitos” más ricos de todo el trópico y las novedades de lo ocurrido en los últimos días en nuestra posada. Doña Francis ha acompañado a Doña Ebelin (que, por cierto, ya ha dado su consentimiento al matrimonio español que mencionamos para adoptar a otra de sus criaturas) a visitar a uno de sus otros doce hijos que se encuentra en el Centro de Rehabilitación de Drogas para Menores que se encuentra en Puerto Sandino, más concretamente en Miramar, en la carretera que va a León. Nos cuenta que se trata de una gran casa gestionada por antiguos drogodependientes españoles y alemanes, jóvenes, muchas veces con un pasado bastante oscuro, lo cual se puede saber por sus tatuajes, que han sabido remontar su vida a base del trabajo voluntario.

Nos ha visitado Doña Cruz, una morenita muy alegre, que también trabaja, como Doña Francis, en la cocina de Los Quinchos, a la cual agrada chismear con el resto de sus compañeras. La obsesión de Doña Francis en estos momentos es la de casar a su hija de dieciséis años, Lupe, lo más pronto posible (si es con español mejor), aunque yo no me sienta aludido. Es por ello que ha aceptado que deje la Escuela y trabaje en el Mercado Oriental, ya que de esta manera resultará más fácil echarse novio. Durante estos días Melvin ha podido trabajar por primera vez en una panadería.

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