miércoles, 4 de abril de 2012

NICARAGUA 1997 / Capítulo 40

CAPÍTULO 40: A VUELTAS CON LA MÚSICA NICA

El fenómeno de las canciones rancheras también me supera y entusiasma. Es propio de toda Centroamérica e incluso llega a la zona andina, por influencia mexicana, y acá en Nicaragua se escuchan y practican sobre todo en la zona Norte. En zonas como la de Las Segovias, donde habita gente granjera y aguerrida, y el paisaje no se aleja pues tanto al de uno corrido mexicano, es donde se considera la música autóctona por excelencia. Aquí también triunfa Rocío Dúrcal.

Por otro lado en el país existe mucha música propia de cantautor que se inspira en los grandes poetas nicaragüenses para sus canciones (así como se ensalza a los grandes cantautores en letra española como puedan ser los españoles Serrat o Aute, o los cubanos Rodríguez y Milanés). En esta línea nos encontramos con el Gran Poema Nikimono, de Julio Valle Castillo, en el cual el General Sandino es homenajeado. Pero, sin duda alguno, el ‘primum inter pares’ de los poetas nicas es Rubén Darío, que no abandonó nunca a su país de su corazón. Creo que Rubén Darío debe ser uno de los poetas de todo el globo terráqueo que más monumentos suyos cuenta por doquier. Pero existe otra poesía más allá de Darío como puede ser la del cantautor Ofilio Morón, que canta a su vez los poemas de Salomón de la Selva. Destacable es Alfonso Cortés, así como los Hermanos Mejía Godoy (a los que podré ver actuar en directo en tantísimas ocasiones), con su preciosa canción dedicada a “Quincho Barrilete” y la adaptación de la “Misa Campesina” centroamericana por excelencia (la que también he escuchado en El Salvador). El himno de los Mejía Godoy “¡Hay Nicaragua, Nicaragüita!” resulta toda una declaración de amor hacia este país y todo lo que él supone.

De entre los instrumentos utilizados, entre guitarras, guitarritas y guitarrones, destaca la conservación de la marimba histórica, que suena como los ángeles, al estilo indígena.

De los músicos habituales que nos envuelven cabe destacar a la familia que acoge a Violeta, formada por Esther y Norman, jóvenes, muy unidos, con dos hijos, que nos deleitan con estos aprendizajes. También durante la estancia en el Hotel Castillo pudimos aprender a tocar los bongos de origen africano que yacían en su biblioteca particular.

Noticia del día: se difunde por Radio Ya que en el Barrio de San Judas, o sea nuestro barrio, ayer noche hubo tiroteos y machetazos entre diferentes miembros de las bandas del lugar. Sonia ya me había explicado que una semana antes había habido follón en una casa vecina. Amelia vio correr a un grupo de tipos armados bajo las amenazas de otro grupo local.

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